Alí Primera: biografía ilustrada y
testimonial
Lic..José Millet
(milletjb2007[arroba]gmail.com)
El
gran poder
existe en la fuerza
irresistible del amor
Simón Bolívar
Retrato
hablado de Alí Primera
Nombre completo: Alí Primera
RosellFecha de nacimiento: 31.10.42
Signos zodiacales: Escorpio, puñal
árabe, víbora, serpiente.Color de los ojos: pardos
Color del cabello: negro
Estatura: 1,71
Peso: 70 kilos
Primer contacto con la música: en el vientre de mi
madreSu pensamiento: no sucumbir
Hoby: la amistad
Vicios: fumar
Estado civil: casado
Hijos: 6; 4 varones y 2 hembras
Recuerdo de infancia: el campo, una mata de semeruco que
acaba de dar sus frutosProducción discográfica: 12
elepés y 2 sencillosAnécdota: en 1973 cuando me presenté
en Coro, un niño de Falcón dijo que no
pagaría Bs. 3 para ver una reina de carnaval cuando,
en un templete, eso era gratisInfluencias musicales: todas folklóricas:
la negra, la zuliana, la falconiana.Comida preferida: las caraotas y el
pescadoFlor preferida: el clavel
Animal favorito: el perro
Qué odia: la mentira
Qué amas: la ternura
Defínete en dos palabras: sensible y
tenazQué instrumentos tocas: guitarra, cuatro y
percusiónPrimera novia: Didina
Época del año: mayo
Tipo sanguíneo: grupo B,
factor RH positivoEn la ficha personal
elaborada en una entrevista que le realizaron algunos
periodistas (Vergara Silvia; Ortega Isabel;Vega, Morella;
Bueno, Cristina María; Rodríguez, Axel:
Venezuela farándula. Caracas, 10 de
noviembre, 1982, p.20-25) en Caracas en 1982 se reflejan
algunos de los rasgos psicológicos más
originales y definitivos de Alí Primera. En realidad
estamos frente a un autorretrato de un hombre
especial que, desde los primeros años de su
infancia, tuvo que enfrentarse con los acontecimientos
más difíciles o extremos de los que circundan
la existencia del ser humano: la
muerte y el hambre. Por la primera podemos explicar el
sentido de lo que él define como "su pensamiento",
diríamos que cardinal: "no sucumbir", que no debe
ser interpretado, bajo riesgo de
ser errático, como el esfuerzo por evadir el peligro
o las eventualidades conducentes a la muerte.
Se trata más bien de la construcción de la voluntad de
emplear, racional y eficientemente, cada partícula
de la energía vital de que está dotada la
persona
para que, en vez de debilitarse o extinguirse, se agrande y
sirva para el fortalecimiento del "proyecto
vida".El verbo sucumbir debe verse en este caso en la
acepción de claudicación, sometimiento o
darse por vencido: precisamente fue esta posición lo
que Alí negó con su accionar constante y su
firme decisión de salir airoso siempre frente a las
eventualidades más arriesgadas o a las
circunstancias más peligrosas.No excluyo con esto el que haya estado
presente en la mente de Alí el esfuerzo por no
morir, porque esta actitud
en definitiva prevalece en los seres vivos: lo que se
define como la ley de
la preservación de las especies o instinto primario.
Más bien la vida de Alí debe ser interpretada
como lo opuesto a ese instinto: el juego
con el imprevisto y el enfrentamiento al imposible, el reto
de seguir adelante venciendo las dificultades que se
enfrentasen en el camino. Eso se aviene muy bien con su
autodefinición como un ser tenaz, es decir, como
alguien preparado para resistir, que se mantiene firme ante
todo, que es consciente de que sólo con la
constancia y la perseverancia se logra lo que se aspira o
planea. Es como si retumbaran en sus oídos la
petición hecha por Bolívar en su proyecto de
creación de la patria: constancia y más
constancia.Sí, no es una metáfora haber estado
en contacto con la música antes de nacer, escuchar
los acordes salidos del vientre sonoro de su madre Carmen
Adela, la abuela "lluviosa", la "isicagua", la "analfabeta
ilustrada", la olorosa a café del cántaro
rejón", como la definiera el poeta Asiclo, hermano
mayor de Alí. Su definitiva sensibilidad le
permitió desde allí percibir su
vocación definitiva: la de ser precisamente artista,
autor e intérprete del arte entre
las artes, como se define la música.- Cuánta grandeza en un hombre sencillo y de
la tierra
herida! De la que se levantan árboles florecidos alrededor de los
cuales revoletean inquietos pájaros que pondrán
en su garganta el canto necesario que aportará la
música y el agua
que hará brotar las espigas del sustento. - Deberemos imbuirnos en los contenidos del
pensamiento más profundo de Alí Primera para
extraer de él las claves con que formuló una
especial filosofía de la vida por la que
orientó cada uno de sus actos. Más que
explicárnoslos por la descripción y el estudio del contexto
social en que el genial artista e intelectual venezolano
nació y se desenvolvió, deberemos hacerlo en
primer lugar aproximándonos a su biografía, a
menudo ceñida por actos trágicos y no exenta de
un permanente dramatismo. De ella irán brotando los
lazos con que se conecta la existencia del individuo
con el conjunto de condiciones de diversa índole que
lo rodean y moldean los rasgos de su personalidad y carácter. En esas circunstancian sin
duda entra la familia
sanguínea, en la que en los primeros años del
niño se forjan, en lo físico, las líneas
fundamentales de la orientación de su cuerpo y, en lo
moral y la
ética,
sus valores
fundamentales.
Si alguien como Alí que había caminado
medio mundo y experimentado lo inimaginable en su
meteórica carrera de apenas cuatro décadas,
declara con extrema sencillez poco antes de morir:
yo soy campesino en
mi formación, en la vivencia principal del
hombre, su música de pájaros, de vientos
del norte y del sur, del este, en los árboles de la
Paraguaná xerófila, de la Paraguaná seca,
pero al mismo tiempo de la
Paraguaná entrañable, musical, solidaria, cantos
de los campesinos en la siembra, cantos de la cruz de mayo,
salves, merengues, valses, con viejos clarinetes y violines,
cuatro con cuerdas de tripa de chivo, de allí surge el
canto, de allí nace el canto que me llenó el
espíritu y el alma;
esa persona está revelando clara y firmemente
que su sistema de
valías fundamentales lo adquirió o
cristalizó en un medio rural y en apego esencial a la
gente humilde que hiere la tierra para
sembrar en ella las plantas que
le servirán de sustento. Alguien que debió haber
sido citadino por nacimiento, por cuanto nació y
vivió sus primeros dos años precisamente en la
Coro emblemática en tantos sentidos, se declara
paraguanero, y define esta porción del actual
Estado Falcón por aquella en que predominan los
contrastes físicos—de terrenos de mucha aridez—
y emocionales: está henchida a su vez de una riqueza
artística—la música es el arte entre las
artes—y humana: solidaria.
Alí se desarrolló en un medio muy hostil
desde el punto de la situación del hombre en la sociedad,
erizado de espinas parecidas a las de las tunas del medio
físico en que la casa solariega de sus
consanguíneos estaba ubicada en la semidesértica
Paraguaná. La suya, era una familia situada
en el polo extremo y excluyente del de los dueños o
poseedores de riquezas materiales.
En efecto, dio sus primeros pasos en el seno de una familia
numerosa y humilde, carente de propiedades, pero con una
excepcional sensibilidad humana y sentimientos muy afines con
los de los cristianos primitivos, a aquéllos se
unía un singular aliento artístico: muchos de sus
miembros fueron, o son, cantores o compositores. Sin duda que
aquel fue el inicial abrevadero del que se iría
nutriendo el niño que no salía del asombro ante
aquella naturaleza
contrastante y agreste.
Las circunstancias adversas, sin embargo, hicieron que
sus miembros desarrollasen cualidades humanas que se
convertirían a la larga en finas armas para el
combate por la subsistencia. Una de las más importantes
consiste en el respeto a
sus semejantes y a la naturaleza enseñado por los
miembros mayores de la familia, que eran no sólo
aceptados sino transmitidos por cada cual a los demás e
incluso a cuanta gente se relacionasen con ellos. De ahí
que en su canción "Madre, déjame luchar" le
recordase que ella "le enseñó a no matar las
mariposas que en tu jardín cultivaba".
La canción de Alí ha sido calificada por
su hermano "Monche" como un gran mensaje de amor y los autores
Héctor Hidalgo y Heberto León que lo
entrevistaron en el mes de enero de 1985, aportan como apoyo la
confesión que les hiciera entonces el propio Alí
en el Barrio La Vela a propósito de su "Canción
del Lunerito", este última palabra él la
interpreta como "el hijo de la luna y el lucero" y explica
cómo la creó a partir de su tierna
relación con sus pequeños hijos:
"Una vez tratando de dormirlos les canté muchas
canciones y habiendo agotado un repertorio bastante largo les
dije una frase : el amor
iguí, el amor iguá, palabras
que no existen en el idioma castellano
pero que tienen un sonido muy
bonito , recurrí a una imagen y me
salió otra palabra : el lunerito.
"Hablo de la importancia que tiene para el crecimiento
del niño estar rodeado de amor, planteo una especie de
trabalenguas:
Niño a quien dan cariño
sentirá amor por los niños
cuando la vida le crezca
Es un círculo vital
es la rueda de los vientos
es el más hermoso cuento
que yo les pueda contar .
Enfoco la necesidad que tenemos los seres humanos de
andar entre los hombres , de recibir nuestro calor , y lo
digo porque hay mucha gente que anda como evadiendo el
compromiso que tienen con sus semejantes ,y digo eso
precisamente cuando el lunerito está solo :
Pero sucede que un día
le dijo su amigo el viento
móntate en un volantín
y desciende hasta los hombres
que arriba hay mucho silencio.
En este canto para los niños trato de afincar
la posibilidad de llegar a los adultos para que desciendan un
poco hacia nosotros mismos…" (Herido de vida,
p.32/33.)
I.- La familia del matrimonio
Primera-Rossell
Miguel Ángel Paz (1) ha aportado datos de gran
valor para
el acercamiento a la biografía de nuestro Alí
Primera, en particular en lo relacionado con su familia,
integrada por gente de origen muy humilde, dedicada a labores
del campo. Como a casi todo el pueblo venezolano, a sus
miembros les rodeaba una circunstancia asaz adversa en que
prevalecía una economía
caracterizada por los contrastes violentos de la opulencia y el
control de
los medios
fundamentales de producción en pocas manos, mientras que
los grupos
sociales mayoritariamente pobres carecían de las
condiciones mínimas de existencia.
La pareja integrada por Carmen Adela Rossell e Isidro
Antonio Primera se había casado en la iglesia de
Pueblo Nuevo; el novio era agricultor e integrante de una
familia con tradición artística; él tocaba
el cuatro y era cantante, por lo que no es difícil
imaginar que la fiesta que siguió a aquel acto
litúrgico se extendiera por varios
días.
De esa unión nacieron nueve (9) muchachos, a
quienes la Negra Primera divide en los "mayores", que en orden
consecutivo según fecha de nacimiento, fueron Asiclo,
Ada, Alfonso, Ramón, que es médico, luego Carmen
Juanita, una hermanita que murió, y los "menores", que
son la propia Carmen"La Negra"Antonia, Edgardo, "Yiyo", que es
Alí, y Héctor.
Según Miguel Ángel Paz, la familia
Primera-Rossell se trasladó de San José de
Cocodite, Península de Paraguaná, a Coro
huyéndole a las deplorables condiciones materiales que
atenazaban al paraguanero y al hambre que "frecuentemente
azotaba la Península." Parece que otros factores
contribuyeron a la colocación de Antonio Isidro en el
Internado Penitenciario conocido hasta el día de hoy
como la Cárcel de Coro, situada en la calle Colón
con Palma Sola, donde se desempeñó como
policía. Lo acompañaron en su entrada al cuerpo
policial Tito Primera, Pedro Castellanos; Jesús Molina y
Jesús Rosell, quienes alcanzaron el grado de oficiales
junto con él. Antonio Primera era de trato afable y muy
humano.
Nacimiento
El 31 de octubre de 1942 nació el
séptimo hijo de la familia Primera Rossell. El
nacimiento se produjo en el viejo hospital de maternidad "Oscar
Chapman", hoy sede de las dependencias administrativas de la
Zona de Educación, en Coro, la ciudad de las
casas de barro, de calles adoquinadas y de edificios
también de gran valor arquitectónico,
méritos que la hicieron merecedora del galardón
mundial de ser declarada Patrimonio
de la Humanidad, junto a su famoso Puerto Real de La Vela, por
donde desembarcó el Generalísimo Francisco de
Miranda. De modo que Alí es un hijo de esta ciudad donde
Miranda efectuó la famosa proclama e izó el
pabellón nacional hace dos siglos.
Seguimos la pista de esos primeros años de la
vida de Alí, en los que se concentran esencias que no
pueden ser sino tomadas muy en cuenta para entender el sentido
que le imprimirá a su vida y que se reflejará en
su obra poética y especial estilo tanto como ser humano
como artista. Su prima María Magdalena González
Rossell vive en la calle El Cementerio, barrio San
Nicolás, entre las calle La Paz y Palmasola; dice tener
63 años de edad y haber nacido el 29 de mayo de 1942,
ser contemporánea de Alí y llevarle, pues,
escasos de meses de diferencia. No se trata de una prima
más suya, sino parte muy cercana a su familia en tanto
se considera hermana de los hermanos del poeta. De hecho nos
aporta el importante dato que sus padres, Jesús Rossell
y María Antonia González de Rossell, vinieron
juntos con la familia Primera Rossell desde San José de
Cocodite, donde habían contraído
nupcias.
En su actual vivienda coriana hay varios de los
primeros fonogramas de larga duración, acetatos
originales autografiados por Alí; todas las dedicatorias
nombran a su tía "Matoña", a quien
evidentemente su sobrino profesaba un gran afecto. La hija de
ésta confiesa que cuando Alí venía a la
"ciudad de los vientos" siempre llegaba a casa de su madre,
ubicada en la calle Palmasola número 38. Por ella
supimos que su padre Jesús era hermano de Carmen Adela,
a quien familiarmente la apodaban Tía Yeya. Su
padre murió en el año 1952 y cuando visitaban su
tumba, Matoña le decía que la de Isidro Antonio
estaba cerca de ella, por lo que este dato nos fue útil
para determinar el sitio exacto donde está enterrado en
el cementerio Municipal de Coro.
Inicialmente Magdalena nos afirmó que
Alí "nació" en la casa con número 35 de la
calle La Paz contigua y no en la que casa en cuyo exterior se
muestra la
placa con la inscripción que indica que en aquel hogar
dio sus primeros pasos, porque la primera estaba en el mal
estado constructivo. Además que de allí se
mudaron para otra de bahareque que estaba situada en diagonal a
la calle Palmasola número 38, donde ellos vivían
para entonces. En una casa que tiene una rejita blanca y desde
donde se mudaron para San José…Pero
rectificó esas afirmaciones cuando ofrecimos el
testimonio de la señora Paula Ramona Sánchez, de
84 años de edad, quien vive en esa misma calle de toda
la vida, en la casa con el número 24, casi en frente a
la antes indicada que posee la mencionada placa. Paula
considera haber sido una buena amiga de Carmen Adela a quien
visitaba con frecuencia en razón de que tenía dos
hijos. En la casa contigua a la de la placa vive una hija
suya.
Por ese sitio vivían otros miembros de la
familia Rossell, como Custodia y Jesús Rossell, que
murió en un accidente a poco de empezar a trabajar la
compañía petrolera, donde trabajaba.
También William, conocido por El Abuelo quien nos
introdujo la duda acerca del lugar exacto en que vivieron los
esposos Primera y Rossell.
Paula recuerda al mayor de los hijos de la pareja
Primera Rossell: Asisclo, a quien describe para entonces con
una altura de un metro aproximadamente y que estudiaba en el
grupo, es decir, en la escuela Juan
Crisóstomo Falcón. "Carmen Adela le planchaba sus
batas almidonadas y blanquitas a Asiclo para que fuera para el
colegio temprano". Asiclo se parecía mucho a su padre:
alto, narizón, simpático,
trigueño.
En la humilde vivienda de bahareque habitada
por su familia en la calle Palmasola número 53, fue
donde realmente el niño Alí dio sus primeros
pasos en la vida. En este momento existe otra casa de vivienda,
construida luego de que aquélla fuese derruida. Paula
Sánchez, de 84 años de edad y excelente amiga del
matrimonio, nos atestigua que pronto la familia se
mudaría para la calle La Paz, situada detrás de
la Cárcel de Coro, en cuya fachada exterior fue colocada
una lápida con la siguiente inscripción: "En esta
casa vibraron los primeros cantos del niño nacido en la
maternidad Oscar Chapman el 31 de octubre de 1941 y quien con
el nombre de Alí Primera se erigió en patrimonio
de los humildes en toda Latinoamérica." Aquí aparece un
asunto que me ha suscitado duda: el de la fecha de nacimiento
del poeta antes apuntada, la que incluso él ratifica de
puño y letra en el documento que rellenó en
Cuba y que
incluimos en el presente libro. Para
el poeta, periodista y pintor Héctor Hidalgo Quero, sin
embargo el año de su nacimiento es 1942.
El propio autor de Techos de cartón nos ha
proporcionado el testimonio de su propio nacimiento: "Yo
nací en Coro, en la ciudad mariana que llaman, mis
padres venían huyendo de la sequía de
Paraguaná, con un cuadro de hijos, como decía mi
madre, "venían con seis" y nacimos Héctor y yo en
Coro, fuimos los únicos que nacimos en una maternidad,
los demás nacieron asistidos por Mama Pancha, mi abuela.
Cuando yo tenía tres años mi padre murió
siendo policía, de esos especiales, que hacía que
esos presos hicieran juguetes
para sus hijos, y para algunos presos amigos hacía mi
madre una vez a la semana un almuerzo. Mi padre según me
cuentan, murió en un tiroteo, dentro de la
cárcel, él salió a un pasillo a escuchar
los tiros y recibió un balazo."(Suplemento de El
Falconiano, mayo, 1985.)
Muerte de su padre
Siempre me ha llamado la atención el que rara vez Coro aparezca en
el canto de Alí y creo que ninguna canción le fue
dedicada a esta ciudad que lo vio nacer, dar los primeros pasos
y crecer rodeado del afecto de su madre y del resto de sus
hermanos. Pienso que la vida del juglar estuvo signada siempre
por la tragedia, lo perseguía la muerte y este destino
reforzaba precisamente su amor por la vida y eran las cosas
trascendentes las que le imprimían mayor dinamismo a su
vida y a sus creaciones artísticas. La muerte de su
padre, ocurrida en la madrugada del 4 de agosto de 1944, parece
haber sellado un ciclo importante en su meteórica
existencia. Huella profunda dejó en ella, como una
herida que no cierra y nunca se querrá recordar, pero
que marcará, marcará definitivamente en el ser
humano porque se instala justamente en la zona más
sensible del alma y en el inconsciente.
La señora Paula Sánchez recuerda que al
padre de Alí lo mató un loco, Pedro Agüero,
en la madrugada del año 44.También mató a
otros policías, entre los cuales estaba Jesús
Díaz, que era familia de un primo suyo. Fue una muerte
instantánea y al padre de Alí se lo llevaron para
Punto Fijo, según ella, luego de velarlo brevemente en
la casa donde vivía Carmen Adela con sus hijos. Por
tanto, deduce que no fue enterrado en Coro. A su esposa le
dieron la noticia en la madrugada de ese día. El suceso
trágico ocurrió en el local de la policía,
ubicada entonces enfrente a la Plaza Bolívar, es decir,
en lo que hoy es la sede del Ateneo de Coro.
Miguel Ángel Paz habla del detenido Pedro
Agüero como la persona traslada aquella nefasta noche del
Internado Judicial de Coro al retén policial, donde le
querían dar un tratamiento menos exigente, pero
logró despojar de su arma reglamentaria al agente
Arcadio Morales, chofer de la única radio-patrulla
que existía entonces, y mató al comandante del
cuerpo, Coronel Pedro Díaz, al agente Jesús
Colina y al oficial Pedro Castellano, quienes murieron
instantáneamente; este último había
viabilizado el tratamiento diferenciado del preso, que
terminó por dispararle también a Isidro Antonio
Primera, fallecido días después en el viejo
hospital Antonio Smith.
En la sección "En el sillón de los
arrinconados" fue sentado Alí, quien ofreció su
testimonio acerca de la pregunta"¿quien mató a tu
padre, fue por política, por
venganza o qué?" en los siguientes términos: "No,
fíjate, mi padre era policía y en Coro
había un señor que tenía la ciudad por
cárcel, él salía y entraba de la
cárcel, un día que estaban jugando dominó
en la cárcel, este preso que tenía un pique con
el jefe de la policía, tomó de la
habitación de uno de los policías su arma.
Entonces le disparó al jefe y lo mató,
también a otros policías; los que estaban jugando
dominó salieron corriendo pero como el preso con el arma
en la mano también estaba asustado siguió
disparando y un tiro le dio a mi papá en el costado. A
los ocho días mi papá murió y el preso
estuvo llorando por mi papá porque aun siendo
policía era muy querido por sus compañeros y los
presos; además ese preso comía la comida que mi
mamá le mandaba con mi papá. Aun existiendo la
venganza en Falcón, no pasó nada, todo lo
contrario nosotros hablamos con los hijos del preso y dijimos
que no tuvieran cuidado y este señor nos ayudaba cada
vez que podía, nos daba cuadernos para la escuela, estos
eran serranos de la familia Agüero y sucede que uno de mis
grandes aliados de la música es Alí Agüero,
también mi padre se puede decir que murió por
accidente, pero bueno…"
Según Carmen Adela, Alí construía
sus propias guitarras y su primer instrumento fue un
violín, que nunca le gustó. También
manifiesta que vendía cajas de agua, cestas
de pan y fue limpiabotas. A sus 84 años de edad, la
madre recordaba con cariño la canción que le
compuso: "madre, déjame luchar" que ella interpreta como
un canto a la esperanza porque, le decía su hijo, "no
sólo de la vida vive el hombre".
San José de Cocodite
Carmen Adela decidió trasladarse con sus hijos
a la humilde, pero amplia casa de bahareque bautizada con el
nombre de Verapaz perteneciente a su madre Rosario Rossell
"Mama Chayo", ubicada en un sector de San José de
Cocodite denominado El Barbasco. Se iniciaba así un
camino duro en la vida de la joven viuda, obligada a
"restearse" ante aquellas difíciles circunstancias. La
pensión de cien bolívares que le pasaba el
gobierno
regional encabezado por el General León Jurado por el
fallecido marido, en ocasiones se retrasaba varios meses, por
lo que el hambre rondaba en el hogar y si lograron sobrevivir
fue en gran medida debido al apoyo del compadre Dimas,
dueño de la bodega "Caradacagua."
Ha sido el poeta, pintor y periodista Héctor
Hidalgo Quero (Alí Primera: herido de vida.
Entrevistas
con H:H.Q. IUTAG, Coro, Estado Falcón, 1998. parafraseo
) quien ha sabido apresar los bloques esenciales que
jalonarán el proceso de
formación básica del niño, sensible y
arisco, en el que circularon los nutrientes que luego
darían el Árbol Alí que todos
conocemos. En aquellos primeros años se incorporaron
importantes vivencias al niño y adolescente Alí
en su contacto con aquel paisaje transido de soledad y
dramática aridez. El también docente amigo
entrañable Héctor Hidalgo descubre que "el
campo paraguanero fue el mejor maestro" que tuvo quien
luego se convertiría en el mejor y más exaltado
intérprete de los sentimientos y anhelos de su pueblo.
La naturaleza, por sabia y compañera, lo
conduciría a adquirir el respeto a todo ser animado y
aun inorgánico que luego se expresaría en su
canción en contra del ecocidio practicado por
gobernantes corruptos y sus aliados
plutócratas.
Aquel paisaje haría que "su música" se
convirtiese en "un cantar de pájaros entre monte y
corazón." Aprendería el valor de
la lluvia "anunciadora de puntos amarillos de alegría y
vida" y propiciadora del humus de la tierra donde manos
familiares sembrarían maíz y
tapiramas, que el muchacho aprendería también a
apreciar a pesar de estar sembrados en "el pedazo de tierra
prestado". La siembra, ese acto elemental productivo, se
alojaría en el pozo asombrado de su alma como
esperanzadora manera de paliar el hambre que rondaba en el
hogar, más cuando en el ambiente
árido y reverberante de sol era escrutado por esa
enemiga: la sequía. El significado del agua se subrayaba
cada vez que tenía que recorrer leguas bajo el sol
inclemente para ir al encuentro de los pozos de donde
regresaría con los baldes repletos del preciado
líquido como también lo haría
Charo Pelayo Ollarves nos ha ofrecido un testimonio
muy vivo de aquellas dramáticas circunstancias que
rondaban los primeros pasos de Alí:
"Cuando el hambre le revoleteaba en el
estómago, la joven viuda preparaba los borriquitos de la
casa Tatico y Guarapo y se enfilaba con sus hijos a Caradacagua
a buscar el ansiado bastimento. Andaba hasta ocho
kilómetros por caminos espinosos y empedrados. Llegaban
sudorosos, fueteados de viento y polvo; más allá
en el rincón del tinglado, se lamentaba el aguaducto, ya
le habían rasgado el fondo.
En los lomos de los nobles borricos acomodaban las
provisiones y emprendían el regreso. Alí, el
más inquieto, se retrasaba exigiendo la tan desaparecida
"ñapa" a pesar del "fiao". Alí alcanzaba
rápidamente a los fatigados viajeros. Iba feliz,
contento, saltando tunas, apedreando datos, chorreándose
cemerucos.
Siempre llevaba un sombrero, ajustado con un
cordoncito amarrado al cuello. Era pecoso, ágil, como
una perdiz, quizás por eso se hizo tan amigo del
colibrí, quien le enseñó muy tempranamente
a mover sus alas, a volar muy alto, al estilo de Juan Salvador
Gaviota.
Carmen Adela dedicó gran parte de su tiempo a
su amiga, la monotonía. Sólo fue capaz de variar
su vida la ausente lluvia al llegar inesperadamente. De pronto
resolvió mudarse con sus hijos a La Vela de
Paraguaná, hoy Barrio Alí Primera.
El hijo mayor optó por su única
escapatoria, se fue al cuartel.
Sus otros hijos pudo enviarlos a la escuela haciendo
dulces y empanadas. Alí, Monche y Alfonso se las
vendían en el aeropuerto de Las Piedras. La cartera, una
latica de salmón vacía, se hacía
más sonora, cuando los muchachos lavaban carros,
limpiaban zapatos, y sobre todo cuando Alí y Monche
montaban exhibiciones de boxeo. Los gringos de la Creole
gratificaban—con mediecitos—al pícaro
limpiabotas, sonriendo al leer en la caja de madera, unas
garabateadas letras ("hoy no fío, mañana
sí".)
Dando lustre y acompañándose con el
trapear de sus brazos, fue acoplando Alí los gorjeos de
sus primeras tonadas, inspirándose para un
mañana. "En mi tierra, la luna es tan bella que los
gallos despiertan para cantarle a ella."
Según esta escritora, Alí llamaba a su
hermano Asisclo "Mi tono mayor" y fue este otro hermano del
contutor quien la llevó a conocer a Carmen Adela, con
quien sostuvo una larga conversación, interrumpida por
el ladrido del perro de Alí, bautizado por él
como "Jodío"y la bulla incesante de los loritos,
también llamados por Alí "Los
Congresantes."(Diario La Mañana, 16.02.1995,
p.28.)
Fui serenatero antes de tener otra intención
con la canción, di muchas en la universidad,
cuando vivíamos en la residencia universitaria, en esa
época hermosa de la universidad y una vez cuando allanan
la universidad en el 67, voy a dar con mis huesos a los
sótanos de la Digepol y allí fijándome por
una ventana vi a un niño corriendo y dije: por ellos
estamos y, escribí una canción que se
llamó Humanidad que la estrené en el Aula Magna,
un diciembre me acuerdo. Y fue cantada por mucha gente y por
Quique Larralde, que una vez la cantó uniformada de
soldado y descalza en una calle de Caracas. Desde ahí me
di cuenta del significado de este canto.
"Mi canción tiene una influencia principal, la
vivencia de mi pueblo. Después, por supuesto, he
conocido las hermosas canciones del Sur de América
Latina, Centro América, Cuba, que son muy hermosas, son
también flores del mismo árbol latinoamericano
del cual nosotros formamos parte, pero mi canción es
esencialmente venezolana, aunque se llame al mismo tiempo
latinoamericana.
Alí y el Zulia
1970
El autor de "Tía Juana" y "Coquivacoa" tuvo una
especial inclinación por los problemas de
la Costa Oriental del Lago Maracaibo, con los ideales de cuyas
comunidades petroleras se sintió profundamente
identificado y comprometido. Se comprende que haya sido uno de
los principales promotores y organizador del Primer Congreso
Cultural de Cabimas en cuyo estadio municipal hizo
presentaciones personales en respaldo a las creaciones
universitarias de esa localidad y respaldó la
creación de una biblioteca
municipal para Tía Juana.
La muerte lo sorprende en el intento de organizar
varios temas gaiteros para grabarlos con el conjunto Gran
Coquivacoa de Cabimas, lo cual demuestra su gran interés
por el folklore
regional además de su voluntad por estudiar y fortalecer
las expresiones espirituales de las comunidades de base. Cuando
actuaba tenía el cuidado de invitar para que les
acompañaran en los sitios donde hacía sus
interpretaciones a vecinos de los barrios, a gente humilde y
jóvenes estudiantes, con quienes simpatizaba
intensamente. Es acertada la afirmación de Mercedes Sosa
de que "su canto se nutre del pueblo" y, en efecto,
estaba atento a las expresiones de la cultura
tradicional del pueblo venezolano, a cuyos exponentes
más representativos les permitía compartir el
escenario. Nada surgido de las entrañas del pueblo o que
le afectara le era ajeno, al punto de irse dando cuenta de que
este interés debía trascender las fronteras del
país natal para llegar a las de otros países, en
particular las que integran la comunidad
latinoamericana.
Alí Primera en Cuba
Por José Millet*
milletjb2004[arroba]yahoo.com
A nuestra Casa de las Américas
« Yo soy un militante que escribe y que
luego canta sus canciones ».
Alí Primera
Importantes documentos (1)
(creo que todos inéditos), que contienen
fundamentalmente manuscritos autógrafos,
cintas magnetofónicas y fotos,
registran la visita, fugaz e intensa, a Cuba del
compositor-poeta y trovador venezolano Alí Primera
(1942-1985). Su arribo se produjo a fines del mes de noviembre
de 1977 y su regreso a su país natal el siguiente
día 5 de diciembre del mismo año. Desde cuando lo
dirigiera nuestro entrañable Argeliers León, el
Departamento de Música de Casa las Américas los
había atesorado cuidadosa y celosamente. En octubre del
año pasado los hojeé, gracias a la
indicación del amigo estudioso Alberto Faya y de la
imprescindible ayuda de la musicóloga Layda Ferrando.
Antes de partir a Venezuela,
dejé sembrada la esperanza de que se me los hicieran
llegar para usarlos en el libro sobre la vida y obra de
Alí Primera que publicamos allá con dos camaradas
de Barquisimeto. A pesar del empeño de la Casa por hacer
realidad esta petición, nunca llegaron a mis manos. A un
año vista, se impone darlos a conocer en nuestro
país y al mundo.
Dos de las seis cintas magnetofónicas guardan
el importante recital nocturno ofrecido por Alí en la
sala Manuel Galich de la Casa. Aquel jueves primero de
diciembre los asistentes vibraron con la voz grave y dura del
cantante que les arrancó aplausos prolongados y vivas.
Según la reseña periodística de Ciro
Colina aparecida el tres de diciembre en un diario local, estas
fueron las palabras del cantautor falconiano al introducir una
de sus canciones: "el poeta y el cantante deben pensar que son
trabajadores, revolucionarios con un instrumento a mano que
tiene un sonido y que, a veces, es más útil que
una pedrada". Otra de las cintas acaso contenga la matriz del
disco, presumimos que se trata de Cuando nombro la
poesía, que generosamente el autor de "Techos de
cartón" puso a disposición de la
institución para que, los fondos que se recaudaran con
su venta, se
pusieran en función
del XI Festival Mundial de la Juventud y
los Estudiantes (2) por el que mostró vivo
interés y esperanza "para estar", son sus palabras,
"otra vez entre nosotros". Agregó que se marchaba "lleno
de fuerzas", aunque no había llegado débil. Lo
primero de Ali, Ali Primera Vol. II, Adiós
en dolor mayor y América es la patria son los
títulos de los discos que se atesoran en la Hemeroteca
de la Casa, de los cuales me llama la atención el
último porque nunca lo he visto en Venezuela ni tengo
ninguna mención de él en la documentación copiosa e importante
existente en la Asociación Cultural Canción
Bolivariana Ali Primera, o del Centro de Cultura Popular
Comunitaria Guachirongo, ambos con sede en Barquisimeto,
considerada la "capital
musical de Venezuela" y cuartel general de Alí. En esas
asociaciones civiles de sostenida posición de izquierda,
fundadas y dirigidas por los hermanos Porfirio y Wilmer Peraza,
existe una importante colección de discos de
música latinoamericana que incluye los acetatos
originales de Alí, menos el primero grabado con el
Partido Comunista de Venezuela. Después que Casa de las
Américas consiga hacer el trabajo
de masterización analógica de estas cintas
magnetofónicas, será una dicha poder escuchar de
viva voz al revolucionario que a su regreso a Caracas tuvo la
osadía de declarar a los medios de prensa de su
país natal: "Cuba es hoy la verdad hermosa de un pueblo
que se ganó el derecho a ser libre y hacer su propio
destino".
Con su puño y letra, Alíº
rellenó el reglamentario grupo de planillas que la
prestigiosa Casa de las Américas acostumbraba a
solicitarle a cada uno de sus distinguidos invitados. Afirma
haber nacido en Coro, capital del Estado Falcón, el 31
de octubre de 1941 (por tanto, no del 42, como las
publicaciones consultadas y muchos de nuestros informantes
venezolanos, incluidos algunos familiares suyos, nos
atestiguaron durante nuestra prolongada estancia el año
pasado en la patria de Bolívar y aparece en nuestro
libro Ali Primera, entre la rabia y la ternura,
recién publicado en Venezuela). Repasé ambos
años en los asientos del registro civil
de Coro, en una de cuyas clínicas Alí
nació, sin encontrar la preciada partida de nacimiento
que alguien me asegura guarda la viuda de Alí, la
también intérprete Sol Musset. Entonces
vivía en el apartamento 12-3 del edificio Arguaney, de
la urbanización El Valle, perteneciente a la capital de
Venezuela. Cuando se le pregunta por el centro de trabajo,
responde con su peculiar sentido del alineamiento con los
humildes: "el pueblo (donde él se encuentra)"; por el
cargo: "donde están las masas" y cargo que ocupa:
"cantor".
En cuanto a su afiliación política,
confiesa haber permanecido en el Partido Comunista de
Venezuela, como "militante orgánico", de 1959 a 1972 y
en el Movimiento
al Socialismo
(MAS) de 1973 a 1975.
En cuanto a su formación académica,
apunta haber estudiado Química en la
Universidad Central de Caracas, de 1965 a 1968; Tecnología del Petróleo en Bucarest, capital de Rumania,
de 1969 a 1972 e idiomas inglés, rumano e italiano. En 1973 los
compositores del Estado Falcón lo distinguen con el
premio Manaure de oro en
reconocimiento a su destacada labor como compositor; Alí
afirma haber obtenido un Premio municipal de Cine, creo
que diferente al señalado por la música de su
autoría para el filme Canción para un
pueblo manso conferido en Caracas en 1977. Creo que
a la altura de su carrera, lo anterior evidencia un pobre
reconocimiento de parte de los centros de poder venezolanos
encargados de resaltar aspectos de la obra de creación
artística de un músico y cantor que tenía
acumulado para esa fecha un amplio currículum de alto
valor estético, como se apreciará a
continuación.
El autor de la canción "Humanidad" da fe de su
soltería, de tener una niña de 6 años:
María Fernanda y coloca los títulos y años
de edición de sus restantes vástagos:
los discos grabados hasta entonces: los nueve larga
duración Vamos, gente de mi tierra y Canciones
de protesta, editados por el Partido Comunista de Venezuela
en 1969; Canciones del tercer mundo por un solo
mundo, producido por la alemana Verlag Plane en 1973; al
año siguiente Promus le editó Lo primero de
Alí Primera, Adiós en dolor mayor y
Canción para los valientes y el sello
Cigarrón, fundado por Alí mismo, produjo La
Patria es el hombre (1975), Canción mansa para un
pueblo bravo (1976) y Cuando nombro la poesía
(1977). Finalmente apunta que en 1971 el PCV le
posibilitó grabar un acetato en 45 revoluciones por
minuto que él nombra en la planilla como "Guerra
larga" y que es hoy una verdadera rareza hemerográfica y
muy poco referido en las escasos y casi siempre incompletos
esbozos biográficos sobre Alí.
Su contestación a la pregunta dirigida a saber
los países visitados, la
motivación y fecha de su realización, revela
una trayectoria artística de profundo compromiso
político, recorrido que en ocasiones es aprovechada por
él para materializar la edición de su
producción musical. Durante su estancia como estudiante
en Rumania, visita en 1972 y 1973 la República
Democrática Alemana para participar en Festivales de
canción política (3); ofreció recitales en
Checoslovaquia (1972), Suecia (1972, 1973 y 1976), Dinamarca
(1973); visitó Italia para
grabar discos entre 1975 y 1977; en Alemania
Federal afirma que estuvo para hacer grabaciones y ofrecer
recitales; finalmente, participó en congresos de
estudiantes en Italia, Yugoslavia y Ecuador. En
el archivo de la
Asociación Canción Bolivariana Canción
Bolivariana que lleva su nombre, de Barquisimeto, existen
documentos, también autógrafos suyos, que dan
cuenta de su visita a Paris y Londres en este mismo
período. En cuanto a su vinculación con los
medios de difusión masiva extranjeros, afirma haberse
presentado, para actuar y ofrecer entrevistas, en emisoras de
Radio y Televisión de Rumania (1970),
República Democrática Alemana (1971 y 1972),
Bratislava (1971), Canal 4 de Quito,
Ecuador (1976), Radio Praga y TV, en Checoslovaquia (1971) y
Radio Moscú y en Sochi, en la desaparecida Unión
Soviética, en el año en que visita por primera
vez nuestro país.
Alí confirmó su aceptación a la
invitación cursada por la Casa el 16 de noviembre de
1977, informó que iría con el músico
acompañante Emiro Delfín Grasteroll y que
viajaría vía Panamá
el 16 de diciembre siguiente (4). Imagino que se cambió
esa fecha para hacer coincidir su viaje con la quinta
edición de la Jornada de la Canción
Política que se realizaría en la capital cubana
en el mes de noviembre. Cuando finalmente fijan el itinerario
del traslado para el 26 de este último mes y por el
mismo país de tránsito, Alí
manifestó como interés fundamental de su visita
actuar en la Escuela Lenin, establecer contactos con Radio
Habana Cuba y entregar cintas a la institución que lo
invitaba para hacer un disco (5). En la programación rigurosa que le preparan son
incluidas estas actividades, pero en ella se hace un
énfasis especial en el encuentro del trovador con la
gente del pueblo, en particular con los trabajadores manuales, los
estudiantes y los jóvenes, en particular los creadores,
entre los que se destacan poetas y músicos, como
aquellos pertenecientes al pujante Movimiento de la Nueva
Trova.
Se tuvo el cuidado de concentrar sus presentaciones en
la inauguración del mencionado evento de la
canción política y en un recital que se pauta en
la sede de Casa de las Américas y en que las mismas se
registren en cintas magnetofónicas y de video, mediante
su participación en la radio, la TV
y en el ICAIC, donde presumo que le fue grabado para una de las
ediciones del Noticiero Latinoamericano de cine que dirigiera
el Maestro Santiago Álvarez. Al siguiente día de
la llegada de los dos artistas, ocurrida el sábado 26 en
horas de la tarde, Ali hizo una presentación en el
programa
"Buenas Tardes" del canal 6 de la
televisión nacional, de gran audiencia. Ese
día domingo 27, en la tarde, se puso en contacto con la
Peña literaria del Parque Lenin, donde interactúa
con algunos de sus participantes.
La V Jornada de la canción política se
realizó esa noche en la escalinata de la Universidad de
La Habana y estoy convencido que le hizo rememorar su entrada
en el mundo artístico en los predios de la rebelde
Universidad Central de Venezuela. Escoltados por el Alma
Máter, en el debut estuvieron presentes los Ministros de
Cultura de Cuba, Jamaica y Guyana, como un anticipo de la
inserción del juglar venezolano en una órbita
donde raras veces se ha asociado la cultura de su país
natal: la del Caribe. Y, en efecto, fue una noche en que los
destellos y el sol de una identidad
pocas veces reconocida se asomaron en los tres bloques en que
se dividió el espectáculo. Allí
dejó escuchar su voz Omara Portuondo; se recordó
al pueblo que más sufre y lucha en la región en
la interpretación de la cantante haitiana
Martha Jean Claude; fueron dados a conocer los talentos
jóvenes asociados al Movimiento de la Nueva Trova (Pedro
Luis Ferrer, el recién desaparecido Noel Incola, Virulo
y Lázaro García); se alineó el repentismo
cubano en las voces de Justo Vega y Adolfo Alfonso e incluso
Martín Rojas se apoderó de la escena con su
interpretación de un texto
alusivo al líder
sindical obrero Lázaro Peña. Impactaron los
grupos
musicales Mayohuacán y Moncada.
Al día siguiente el periodista cubano Rolando
Cartaya, en su reseña del acto, refirió la
actuación de Alí en los siguientes
términos: "seguimos por el Caribe y hallábamos a
Alí Primera, el del canto contagioso y agitador.
Acompañado de su paisano Emiro Delfín a la
guitarra, el cuatro y el medio cinco, nos echamos a volar la
poesía de pura raíz popular
engastada en los ritmos de su tierra, el merengue, el
tamunangue del Estado Lara y el joropo. Su canto, caracterizado
por su comunicación con el público, debe
tener una tremenda eficacia como
arma política porque propaga al auditorio una
efervescencia casi beligerante. Ali dijo que imaginaba a su
pueblo como un toro enlazado que solo tiene que "jalar" para
que la soga se reviente. Y en un número con ese
estribillo consiguió unánime respuesta del gran
coro formado por una concurrencia de anoche, así como en
el último, de un corte similar al de la canción
política angoleña, salpicada de consignas y
formulaciones revolucionarias".
Para evaluar la madurez del pensamiento
político de Ali en relación con el arte y el
papel del artista en su proyección con las masas,
resultan importantes las declaraciones que ofrece entonces a la
prensa cubana: "yo creo que la militancia dentro de la
canción, de la que habló Víctor Jara y
[Daniel) Viglieti, no es la de militar en un partido
revolucionario. Se trata de militar en el trabajo, de saber
cómo es el trabajo de difícil en el barrio: al
comienzo la gente puede ser que rechace la canción,
porque es tal su alineación que tal vez haya un acomodo
a las injusticias, que tal vez haya un rechazo y hasta te digan
algo que pueda ser hiriente (…)". Ali se detiene
aquí para formular el arte de la voluntad y el
empecinamiento que debe desplegar el artista para convencer y
arrastrar a las multitudes en su papel de desalienante: "La
militancia es [consiste en] insistir ahí, porque la
insistencia es lo que implica el trabajo
revolucionario".
Después de visitar la institución que lo
había invitado y sostener una rueda de prensa, se
produce el día 28 en horas de la tarde una visita, con
presentación incluida con los obreros que manufacturan
el tabaco de la
mundialmente famosa Fábrica Partagas. Francisco
Garzón Céspedes escribió una magnifica
crónica de ese evento y del impacto que le provocan a
Ali las reacciones de aquellos trabajadores. Al día
siguiente, las visitas a instituciones se suceden, como al Museo de la
Revolución y el Parque de la Juventud,
cercano al río Almendares, donde los encuentros con la
gente de pueblo va confirmando en el trovador una imagen
indeleble sustentada en la confianza y en la seguridad
con las que los humildes se relacionan con las creaciones del
espíritu. El miércoles treinta al fin se produce
la visita matinal a la Escuela Vocacional Lenin donde canta, en
horas de la noche, ante una multitud de siete mil
jóvenes que también seguramente le harán
recordar a aquellos estudiantes de universidades venezolanas
(la Central, la de los Andes) frente a quienes descubrió
su definitiva vocación por el arte de la militancia
revolucionaria ejemplarmente llevada a cabo a través del
canto.
El primero de diciembre quizá deba considerarse
como uno de los mas relevantes de su gira: en la mañana
se produce la reunión con representantes del Movimiento
de la Nueva Trova cubana, entre quienes están presentes
Pablito Milanes, Vicente Feliú, Lázaro
García, Tony Piniella, Pedro Luis Ferrer, J. del Valle,
Augusto Blanca, J. A. Rodríguez y de los grupos Moncada,
Mayohuacán y Turiguanó. La trovadora Teresita
Fernández y la cancionera Ela Calvo completan el sector
artístico. Lo institucional y político estuvo
representado por el musicólogo Argeliers León,
Francisco Garzón Céspedes y Roberto Romay, este
último jefe del frente de cultura de la Unión de
Jóvenes Comunistas. Aquel intercambio de ideas y
experiencias tenia tanta relevancia para Ali que lo grabo
íntegramente para difundirlo en Venezuela y, a pocos
días de su retorno, se refiere a el en una carta enviada
desde Caracas a una funcionaria presumiblemente del
Departamento de Música de la Casa. En una de sus
intervenciones afirmó: "la máxima belleza que se
busca entre el canto y el pueblo es la
comunicación".
Ese mismo día, a las nueve de la noche, se
produjo el memorable recital de Ali Primera en la sede de la
Casa de las Américas, con la sala colmada por un
público ansioso de escuchar y ver en escena al juglar
falconiano. Allí se encontraban la heroína Haydee
Santamaría, presidenta de la Casa y el doctor Armando
Hart Dávalos, ministro de cultura, quienes dialogaron
con Ali y previamente ya habían sostenido conversaciones
oficiales con él para viabilizar la distribución de su obra
discográfica en toda Latinoamérica. En el
programa de mano que la institución distribuyó
allí, se proclamaba a este "hombre que canta a la
libertad y
la justicia"
como "una de las primeras voces de la nueva canción
latinoamericana", que "utiliza concientemente la
canción como un arma para la lucha política e
ideológica" y que, en su enfrentamiento y denuncia de
los males del sistema capitalista, ha sido capaz de hacerse de
un "extraordinario modo de comunicar (…) recto y firme,
múltiple y hecho de poesía (que) es el canto
mismo del Continente". En ese texto cuidadoso y bien pensado,
se tuvo el acierto de citar el pensamiento estético y
político del propio Ali cuando se refiere al concepto y
función del canto y de los cantores en los siguientes
términos reafirmadotes de una clara y firme
posición clasista en favor del pueblo:"Creo en el canto:
Por la necesidad de multiplicar y hacer inmenso el grito de los
humildes.Porque no será verdad si no son verdad los
cantores.Porque el canto no es un accesorio sino brazo hermano
en las luchas de los pueblos. Porque ha ayudado a crecer el
vientre de esta tierra que espera el Gran Parto. Creo
en el canto todo luminoso y solidario.
En el nombre del pueblo, de sus manos callosas. Creo
en el canto."
El periodista cubano Ciro Colina reporta el hecho y
nos aporta un dato acerca del estilo característico de
Ali de aprovechar la escena para conversar con el auditorio.
Así, introduce una de sus canciones con la siguiente
afirmación: "el poeta y el cantor deben pensar que son
trabajadores, revolucionarios con un instrumento a la mano que
tiene un sonido y que, a veces, es más útil que
una pedrada".El poeta Alex Fleites fue quien más
certeramente capturó la originalidad de este brillante y
combativo cantor. Aprecia su voz bien timbrada, su sentido de
la música, su especial personalidad escénica y su
casi instantáneo poder de comunicación con el
público. Esta caracterización la traduzco como la
esencia del carácter de Ali: ser un militante que se
esfuerza por colocar su arte en función de movilizar la
conciencia
del sujeto a quien va dirigida su acción y su mensaje, sujeto que no es
otro que el pueblo, ante el cual hay que impactar por todos los
medios y resortes imaginables. Pero es justo citar su juicio de
valor exactamente, en razón de que rara vez me he
encontrado con algo tan aleccionador: "Seria difícil
deslindar donde termina la canción en si misma y donde
comienza el trabajo de proyección dramática a
través del cual el trovador establece la
comunicación con sus oyentes. Porque Ali esta
constantemente creando la canción, pues los matices que
sabe imprimirle en cada ocasión hacen irrepetible el
acto de escucharlo; bien lo saben los que anoche asistieron a
un nuevo nacimiento de canciones como Perdóname,
tío Juan, una de sus primeros trabajos de la
década del sesenta, rejuvenecido por la emoción
que supo imprimirle con la ayuda de Emiro Delfín,
guitarrista de noble dignidad,
que lo acompaña." En su artículo intitulado "No
se puede ser cómplice de la alienación del
pueblo", precisamente Fleites resume brevemente la trayectoria
de compromiso social del trovador venezolano: luego del
allanamiento de la Universidad Central de Venezuela ocurrida en
1967, opta por un tipo de canción de agitación
política y, a partir del siguiente año, produce
los dos LP que auspicia el Partido Comunista de
Venezuela.
El periodista refleja la posición de Ali en
relación con los medios de difusión masiva para
los que afirma no cantar, "sino para los hombres como yo, que
andan por la calle con su lenguaje
propio. Ser espejo de esa gente es mi mayor
preocupación". El artista nos entrega el saldo de su
visita a Cuba de manera clara y concluyente: "Esta visita me
reafirma en mis convicciones, me hace tener fe en el futuro. En
una ocasión dije _y ahora puedo repetir_ que en Cuba
abunda algo que es difícil de alcanzar: la
dignidad".
A su regreso, las declaraciones de Alí
aparecidas en la prensa nacional de Venezuela dan cuenta del
programa realizado por el cantautor en la mayor de las Antillas
y, a continuación, introduce al público
venezolano en cómo se sintió en ella: "En Cuba
sentí que estaba en cualquier pueblo de Venezuela. La
receptividad fue la misma. La gente cantaba conmigo "La Soga"
como si estuviera, por ejemplo, en Barquisimeto, con el mismo
amor, la misma comunicación y esto es porque la
máxima belleza entre la canción y el pueblo,
entre la canción y el hombre,
es precisamente la comunicación". Aprovecha la
ocasión para desmontar la mentira de que el son se fue
de Cuba; el encuentro con los jóvenes de la Nueva Trova
y con figuras genuinas de la trova tradicional cubana le
sirvió para "constatar el amor por la música que
siente el cubano y forma parte central de su espíritu".
En particular Ñico Saquito enriqueció su
visión de hasta dónde esta cimentado el
movimiento de la nueva canción cubana y la música
actual cubana en sentido general. Estas fueron sus palabras:
"Conocer a Ñico Saquito me posibilitó inclusive
descubrir cosas de mi país de las cuales no estaba al
tanto. El vivió mucho tiempo en Venezuela, hasta 1960, y
sigue cantando a los 75 años, ya que dice que es su
trabajo voluntario. Ñico Saquito continúa
componiendo y formando y organizando tríos. Se
quejó de las orquestas venezolanas que han utilizado sus
canciones y nunca le han hecho llegar ni un centavo. Me dijo
irónicamente que ojala ese dinero sirva
a esas orquestas para algo porque él, en Cuba, se siente
libre y sin preocupación, porque nada le falta en su
vejez".
No he podido verificar si se cumplió el
sueño de Ali de ver editado su LP Cuando nombro
la poesía en apoyo solidario al Festival Mundial
de la Juventud y los Estudiantes, ni tampoco si pudo participar
en aquel encuentro, pero sí puedo asegurarles que
Alí Primera estuvo presente en la edición XXV del
Festival del Caribe que se le dedicó al pueblo
venezolano y que allí, en la heroica Santiago de Cuba,
entre poetas, escritores, intelectuales, músicos y gente humilde de
la tierra de Bolívar y Martí, se le rindió un digno
homenaje a la altura de este Año de la Canción
Bolivariana Alí Primera instituido por la Asamblea
Nacional de la República Bolivariana de Venezuela al que
nos sumamos todos los cubanos. Para concluir, cito nuevamente a
Alí en un pensamiento que sintetiza el alcance
trascendental que tuvo su visita a la Mayor de las Antillas
para el enrutamiento de este juglar que siempre tuvo bien claro
dónde brillaba la estrella del alba que lo
guiaría siempre en su vida cotidiana y en su obra no
exenta de peligros y de inconvenientes: "Cuba es una
maravillosa canción, es un himno constante y un ejemplo
a seguir desde sus raíces hasta encontrarnos con esos
hermosos frutos que resultan sus realizaciones presentes. Un
saludo, hermanos, por brindarnos a todos los artistas que le
cantan al pueblo su enseñanza constante y por ser fuente de
inspiración".
La Habana, octubre 10,2005.
° El autor es miembro fundador de la Casa del
Caribe, con sede en Santiago de Cuba, donde labora como
investigador. El último de sus 14 libros
publicados está dedicado a Alí
Primera.
1. Las citas del presente artículo están
tomadas de los manuscritos autógrafos, los papeles
oficiales, el programa de mano y los recortes de la prensa
escrita, tanto cubana como venezolana, actualmente depositados
en la Sección Correspondencia de la Presidencia de Casa
de las Américas, a excepción de las cintas
magnetofónicas, los acetatos y los casetes que
están en la Hemeroteca de esta prestigiosa
institución. Agradezco la amabilidad brindada por la
Dra. Maria Elena Vinuesa y Anita, dirigentes del Departamento
de Música y del Archivo de la presidencia de la Casa,
respectivamente.
2. En el manuscrito autógrafo firmado por
Alí en un pedazo de papel rústico se manifiesta
lo siguiente: "Yo: Ali Primera autor e intérprete de
todas las canciones incluidas en el LP Cuando nombro la
poesía: autorizo a la Casa de las Américas
para la edición en territorio cubano y su
distribución en América Latina a excepción
de Venezuela del mencionado LP.-(firma de Ali
Primera.)"
3. El trovador cubano Augusto Blanca, en reciente
entrevista personal realizada en su hogar habanero, me
confesó haber conocido a Ali, en compañía
de Silvio Rodríguez, en el Festival de la canción
política realizado en 1972 en la desaparecida RDA. Lo
describió como un hombre activo y siempre dispuesto a
tomar la guitarra para ponerse a "descargar" inmediatamente,
sin los pruritos de preparación técnica que tanto
suelen acompañar a los intérpretes cuando suben
al escenario. Asegura poseer fotos del juglar falconiano en su
archivo personal.
4. Comunicación oficial con fecha 16.11.1977
dirigida a Mariano Rodríguez en la que afirma ser
ciudadano venezolano nacido el 31.10.1941 y con pasaporte
número 2855667. Casa de las América, registro #
335 del 16.11.1977.
5 Comunicación oficial con fecha 22.11.1977.
Casa de las América, entrada #343, 30.11.77.
6. La carta
autógrafa pensamos que se la dirigió Ali a Marilu
Pérez, quien entonces trabajaba en dicho Departamento de
Música de la Casa y creemos necesario reproducirla
aquí textual e íntegramente:
"Caracas, XII 77.
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